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Trinidad y la deficiencia del unicitarismo

Por Xavier Pruss


Introducción


Cuando el Señor te permite tener un debate, mantengo 2 cosas en mente: (1) dar los mejores argumentos para que honren al Señor y (2) ser cordial con mi prójimo. Lamentablemente, puede ser que tu prójimo no cumpla con (2). Si te llega a suceder, descansa en el Señor y déjalo en sus manos. Llegaras un punto en que tendrás que aplicar lo que dice proverbios 26:4-5, sea como fuere, pídele al Señor que te de sabiduría y humildad cuando tengas tu debate.


Este es un escrito que hice en respuesta al escrito de un unicitario que intente “debatir”, desafortunadamente, el debate no pudo proseguir por el simple hecho de su actitud. Así que aplique lo que dice proverbios: No responder el necio en su propia necedad. Sin duda fue lo más sabio que hice al no proseguir ése debate.


Ciertamente, Cristo nos llamó a predicar su evangelio y los apóstoles nos insta a estar preparados tanto para responder a las dudas que haya como refutar argumentos que vayan en contra de nuestro Señor, pero todo esto santificando a nuestro Señor en nuestros corazones como siendo humildes hacia nuestro prójimo. Parámetros Bíblicos


No sé si les ha pasado, que cuando vas a defender tu postura teológica, uno comúnmente pensaría que la mejor estrategia de hacerlo es citar muchos versos, bueno, en realidad no lo es, por la sencilla razón que no estás siendo diligente en examinar las escrituras. Así que sí, si vas a defender las verdades bíblicas ante sectas, ¡tomate la tarea de interpretar las Escrituras porque es la mejor forma de Honrar a nuestro Señor Jesucristo!


Antes de avanzar un poco, sería adecuado pensar en un criterio para que nuestra interpretación de las Escrituras en relación hacia una doctrina no sea sesgado y que sea la suficiencia de la Escrituras nos guíen a su verdad revelada. Así que estos serían los siguientes criterios:[1]


- RA1 La Biblia, correctamente (y teológicamente) interpretado, contiene frases que (las proposiciones) afirman explícitamente P.

- RA2 La Biblia, correctamente interpretado, contiene frases que implican P.

- RA3 La Biblia, correctamente interpretado, contiene frases que son consistentes con P y sugieren P.


Tomando en cuenta estos criterios, estaré examinando ciertos textos para probar la verdad de la Trinidad, dar una explicación lógica a favor de la trinidad, luego procederé a examinar la mala interpretación que usan comúnmente los unicitarios y presentar 3 objeciones lógicas hacia el unicitarismo.


1.- ¿Es la Trinidad Bíblica?


En éste apartado, interpretare ciertos versos según el criterio que mencione arriba para la verdad de la Trinidad.


Juan 1:1

(a1) En el principio ya (a2) existía la Palabra; y la (b) Palabra estaba junto a Dios y (c)era Dios.


En este verso, Juan, nos expone ante el pensamiento cristiano más importante y significativo que podamos leer referente a nuestro Señor Jesucristo. El prólogo es simultáneamente una obvia declaración de los grandes temas de este evangelio y una fusión de lo mejor de ambos, el pensamiento helénico y la religión judía[2]. Ahora bien, ¿Qué quería decir Juan en estos versos en relación a Cristo?


Bien, podemos decir que cuando Juan dice en la cláusula (a1) En el principio estaba aludiendo a Gen 1:1 ya en la creación donde según el cuadro judío de Dios estaba creando a través de su Sabiduría o Verbo preexistente (Proverbios 8), pero Juan va más allá del concepto judío común para implicar que Jesús no es creado (cf. Isa 43:10, Isa 43:11)[3]. Luego en la cláusula (a2) existía la Palabra el evangelista utiliza la forma imperfecta de “existía” (ην) donde no limita su duración ni a un tiempo pasado —fue— ni a un tiempo presente —existe—, sino que lo acusa en su duración indeficiente. ¿Es un “principio absoluto” o relativo sólo al momento antes de la creación? Es una valoración absoluta. En el lenguaje bíblico, antes de la creación de las cosas no hay más que la eternidad de Dios (Pro 8:22; Jua 17:24; Jua 8:58). Por tanto, si en el “principio,” en la creación de las cosas, pues todas van a ser creadas por el Verbo, éste existía ya, es que no sólo es anterior a ellas, sino que es eterno.[4]


Luego en la cláusula (b) la palabra estaba junto a Dios que según en el griego προς τον θεον es una proximidad interna, íntima, de persona a persona (Jua 10:30; Jua 14:20; Jua 17:20.23). Esto enfoca la relación entre el Logos y Dios, indicando a la vez la distinción entre dos personas y la interacción recíproca entre sí. La misma preposición lleva la idea de movimiento hacia otro objeto o persona. Una traducción sería “cara a cara con Dios” y de allí la idea de intercambio recíproco, de proximidad, de intimidad y probablemente también de igualdad[5]. Incluso el exegeta W. Robertson Nicoll dice lo siguiente: “προς implica no sólo existencia junto a, sino en relación personal. Significa más que μετά o παρά, y se emplea regularmente para expresar la presencia de una persona con otra.”[6] Es evidente que ninguna interpretación de estas palabras alcanza su profundidad, o tiene un sentido digno, que no reconozca que el Verbo es una persona. Si no hubiera habido una personalidad distinta, el Apóstol podría haber dicho: "El Verbo era Dios", pero no podría haber dicho: "El Verbo estaba con Dios". "El Verbo era Dios", dice el Dr. Owen, "en la unidad de la esencia divina, y el Verbo estaba con Dios en la subsistencia personal distinta". Jesús no afirmó ser el Padre, pero sí afirmó ser uno con el Padre: "Yo y mi Padre somos uno" (Jua 10:30).[7]


Esto nos lleva a nuestra última cláusula (c) Era Dios, aquí sintéticamente resume el evangelista todo su pensamiento en una expresión final: este Verbo así descrito estaba eternamente con el Padre. Al pronombre demostrativo por el que comienza la frase (ο λογος) se le suele dar un valor enfático, aunque parece más probable que hace de pronombre personal, conforme a la Koiné (Jua 1:7; Jua 3:2, etc.)[8]. Lo que el Verbo se distingue de Dios y, sin embargo, θεος ην ο λογος, el Verbo era Dios, de naturaleza divina; no "un Dios", lo que para un oído judío habría sido abominable; ni tampoco idéntico a todo lo que puede llamarse Dios, pues entonces se habría insertado el artículo (cf. 1Jn 3:4). La doctrina cristiana de la Trinidad fue quizá antes que nada un esfuerzo por expresar cómo Jesucristo era Dios (θεος) y sin embargo en otro sentido no era Dios (ὁ θεός), es decir, no era toda la Divinidad.[9]


Juan 1:18

(a)A Dios nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y (b)vive en intima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer


Continuando con el pensamiento de Juan en su evangelio, nos presenta en el verso 18 la más fuerte intimidad que hay en el Padre y en el Hijo. Según este verso, Juan deja algo bastante claro que es en la cláusula (a) A Dios nadie lo vio jamás estaba reconociendo con sus contemporáneos y a su vez mencionando las teofanías que tuvieron los profetas y patriarcas que nunca llegaron a ver el rostro divino, lo cual nadie estaría en sumo desacuerdo con él, pero aquí Juan no se detiene, sino que sólo le atribuye a Cristo, lo que nos ha enseñado la verdad perfecta sobre Dios y las cosas divinas: porque sólo Él ha visto a Dios. Es como si dijera: las cosas de las que hasta ahora he hablado, relativas a Dios y al Verbo, son tan sublimes, que como ningún hombre mortal (y por tanto no Moisés), excepto el Hijo de Dios, ha visto a Dios, por tanto sólo ese Hijo encarnado es capaz de declarar perfectamente estas cosas.[10]


Curiosamente en el griego ἐκεῖνος ἐξηγήσατο le da más énfasis al hecho, de que solamente Cristo nos puede revelar cómo y quién es el Padre, aquí Juan No dice “Yo soy el Padre”, sino que a través de Cristo, la cláusula (b), da la prioridad de que por “seno” significa la máxima unión posible del Hijo con el Padre. Significa que el Hijo, que está estrechamente unido y es consustancial al Padre, es partícipe de la sabiduría del Padre y consciente de sus más secretos consejos. Y como los conoce de manera más perfecta e íntima, sólo Él puede declararlos de manera más completa y clara. Esta expresión, el Unigénito, que está en el seno del Padre, se utiliza para que cuando se diga que se hizo carne, no se suponga que se separó del Padre. Porque, en verdad, Él permanece y está con el Padre, tal como era en el principio y eternamente.


S. Crisóstomo, menciona que por esta palabra "seno" (κόλπον) piensa que el Hijo no sólo ve, sino que comprende al Padre. "Muchos", dice, "conocen a Dios, pero nadie más que el Hijo Unigénito sabe de qué naturaleza es su sustancia. Él tiene cierto conocimiento, visión y comprensión, como corresponde a un hijo tener de su padre. Porque como el Padre me conoce, dijo, así también yo conozco al Padre, (Juan x. 15).[11]


Juan 16:7

Sin embargo, la verdad es que os conviene que yo me vaya. Porque si yo no me voy, el Abogado no vendrá a vosotros; pero, si me voy, os lo enviaré.


Para dar un poco de contexto de éste verso, Jesús en los versículos anteriores a éste, les mencionaba su partida y lo que iban a sufrir sus discípulos a causa de su nombre, eso los entristeció, pero Jesús no se queda en decirle eso, sino que menciona una promesa sublime para los apóstoles (como para los creyentes en general). Aquí en el griego se usa παράκλητος lo que se ha traducido como Consolador, Abogado, Defensor, Consejero y entre otros. En esta misma promesa Jesús hace una distinción crucial aquí, Jesús primero le dice a los apóstoles que él se va para estar de nuevo con su Padre (Juan 14:26; 15:26), pero en el griego al usar enviaré (πέμψω) se distingue entre Jesús y el Espíritu Santo pues el Remitente se distingue real y personalmente del Enviado. Y que significa también que el Espíritu Santo procede por igual del Padre y del Hijo. (Juan 14:26)


Jesús en este pasaje enfatiza tanto la verdadera "personalidad" del Espíritu como la distinción del Espíritu de sí mismo y del Padre, refiriéndose al Espíritu consistentemente en la tercera persona como "él" (por ejemplo, Juan 14: 16–17, 25–26 ; 15:26; 16: 12- 15). El Espíritu es "enviado por" y "sale de" el Padre y el Hijo "en el nombre de" el Hijo; El Espíritu habla según la voluntad del Padre, siempre testifica del Hijo, y así sucesivamente. Si el Espíritu es, de hecho, personalmente idéntico al Padre que es, en pies, idéntico al Hijo, todo este lenguaje no solo es "ilusorio", ¡parece descaradamente absurdo![12]


Nótese el énfasis en la necesidad de su partida para la venida del Espíritu Santo; lo expresa en forma negativa y luego en la positiva. Morris cita a Gore, quien dijo: “La venida del Espíritu Santo no fue meramente para suplir la ausencia del Hijo, sino para completar su presencia”. La conveniencia de su salida se expresa en dos maneras. Primera, es mejor para ellos el no tener que depender de la presencia visible y tangible de su Señor, de aprender a caminar por fe y no por vista. Segunda, y más importante, es que él no vendría hasta la partida de Jesús, eso es, la obra redentora completada en la cruz y resurrección. Antes Jesús había explicado que el Espíritu Santo no había venido porque él no había sido glorificado (ver Jua 7:39), refiriéndose a la crucifixión. En resumen, la obra principal del Espíritu Santo se basaría en la obra redentora completada por Jesús. Por eso, su venida en plenitud esperaba la realización completa y final de la obra redentora y por eso les convenía a los discípulos que Jesús se fuera.[13]


Tito 3:4-6

Pero ahora se han hecho patentes la bondad y el amor que Dios, nuestro salvador, tiene a los seres humanos. Él nos ha salvado no en virtud de nuestras buenas obras, sino por su misericordia; y lo ha hecho por medio del lavamiento que nos hace nacer de nuevo y por medio de la renovación del Espíritu Santo que Dios ha derramado sobre nosotros con abundancia a través de nuestro salvador Jesucristo.


Considero que aquí, tenemos varios solidos versos donde se distingue las personas de la trinidad y como cada una trabajan en el mismo plan redentor. No hay que hacer mucha exegesis para ver la claridad de estos versos. En el (v4) Pablo hace énfasis en cómo la benevolencia y misericordia de Dios se extendió a la humanidad para salvarnos de nuestro estado pecaminoso para estar en un estado de salvación. Luego en el (v5) recalca en cómo la obra del Espíritu Santo hace nacer al creyente y convence de pecado al incrédulo para que se arrepienta y crea en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo (Juan 16:8). De ahí en el (v6) es que vemos como Cristo da su salvación para todo aquel que se arrepienta y crea en él (Juan 3:16; Romanos 5:1-11, 1Juan 2:2; Efesios 2:1-9).


Además, este énfasis se comprueba con la idea complementaria que da el apóstol Pablo al agregar que el Espíritu que regenera y renueva es el mismo que Dios derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Esta frase es importantísima, ya que la manera armoniosa en que intervienen Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en el proceso de salvación, es también una evidencia innegable de la realidad de la Trinidad. En el v. Tit 3:4 se enfatizó la bondad y gran amor de Dios por el ser humano, al grado que dio a su Hijo para realizar la obra de salvación, pero aquí se añade que además, el Padre también derramó abundantemente su Espíritu. Estas palabras hacen pensar de inmediato en el día de Pentecostés (Hch 2:17, Hch 2:18, Hch 2:33) cuando se cumplió la promesa de que sería enviado para estar permanentemente con los creyentes, con la iglesia. Por esta razón, Pablo afirma con confianza que ese derramamiento abundante del Espíritu se ha dado sobre nosotros, con la certeza de que tanto él como el resto de los creyentes de todos los tiempos contamos con su presencia permanente.[14]


2 Corintios 13:14

La gracia del Señor JESUCRISTO, el amor de DIOS, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.


La triple oración del apóstol se expresa en términos comprensivos de la experiencia y la fe de la iglesia primitiva. Es importante notar que cuando Pablo quería resumir su evangelio acudían con toda naturalidad a su mente esas palabras que, cuando se las desarrolla lógicamente, forman la base de la doctrina de la Trinidad. El hecho de que en una sola sentencia el nombre de Jesús, sólo treinta años después de su muerte, aparezca junto con el Espíritu Santo y el nombre de Dios, indica que “la doctrina de la Trinidad totalmente desarrollada tiene sus raíces teológicas en la adoración de Jesucristo”. [[Clarke, op. cit., p. 344M]] A partir de este breve comentario Cullmann observa que “la teología cristiana primitiva es en realidad casi exclusivamente cristológica”. [[Christology, p. 2.]]


Teológicamente, las tres frases tienen una simetría paralela y progresiva. La gracia del Señor Jesucristo en la cual se revela el amor de Dios, era experimentada por Pablo a través de la “participación [[Griego, koinonia. Véase sobre 8:4.]] en el Espíritu Santo.” Pablo evidencia en su propia actitud lo que expresa en su oración, pues su deseo es el mismo para todos. Su sumo bien expresado en un imponente resumen de la fe cristiana es: (1) la gracia de Cristo (2) reveladora del amor de Dios (3) por medio de su comunión en el Espíritu Santo, lo que puede transformar la calidad de sus vidas en comunidad.[15]


Tanto Crisóstomo, Ambrosio y Teodoreto señalan que este pasaje prueba que la Santísima Trinidad es consustancial, o de la misma naturaleza, poder y operación, especialmente en la obra de nuestra redención, que está más particularmente en la mente del Apóstol. Ambrosio dice. "En la Trinidad hay una unidad de poder, que perfecciona toda nuestra salvación. Porque el amor de Dios envió a su Hijo para salvarnos, por cuya gracia somos salvados; y para que poseamos esta gracia salvadora, nos hace partícipes de su Espíritu Santo."


Obsérvese que por la frase "el amor de Dios", el nombre de Dios se apropia del Padre. Pues el Padre es la fuente de la divinidad y el origen de las demás personas de la Santísima Trinidad. Anselmo explica que "la gracia de nuestro Señor Jesucristo" significa que nuestros pecados son perdonados gratuitamente, y que se nos da la salvación; "el amor de Dios" es el amor del Padre al dar libremente a su Hijo por nosotros; "la comunión del Espíritu Santo" es la cooperación del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo en la obra de la salvación del hombre.[16]


2.- Explicando la Trinidad


Ahora, si las interpretaciones de los versos que use para demostrar la garantía de la doctrina de la Trinidad son correctas, entonces estos sería los siguientes datos


(I) Hay una distinción ontológica del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

(II) Hay una afiliación que lo hacen co-iguales, co-eternos y co-substanciales.

Y

(III) Hay un solo Dios.


Cuando se escudriña las Escrituras la garantía de la Trinidad es tanto sólida como su rastreo es evidente ante la revelación que el Señor nos dejó en su Palabra, pero al momento de explicarla en su sentido más lógico es cuando surgen varios problemas, entre ellos explicar tanto la diversidad como unidad en esta doctrina y huir de las herejías. Así que voy a usar el Credo Atanasio para tratar su problema lógico.


Esta es la fe universal: Adoramos un Dios en Trinidad y la Trinidad en unidad, sin confundir las personas ni dividir el ser divino. Porque el Padre es una persona, el Hijo otra, y el Espíritu es también otra. Pero la deidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo es una, igual en gloria, coeterna en majestad. Lo que es el Padre, es el Hijo y también lo es el Espíritu Santo. El Padre es increado; el Hijo es increado; el Espíritu es increado. El Padre es infinito; el Hijo es infinito; el Espíritu Santo es infinito. El Padre es eterno; el Hijo es eterno; el Espíritu es eterno: Y sin embargo, no hay tres seres eternos, pero uno que es eterno; así como no hay tres seres increados e ilimitados, sino uno que es increado e ilimitado. El Padre es todopoderoso; el Hijo es todopoderoso; el Espíritu es todopoderoso: Y sin embargo, no hay tres seres todopoderosos sino uno que es todopoderoso. Así, el Padre es Dios; el Hijo es Dios; el Espíritu Santo es Dios: Y sin embargo no hay tres dioses sino un Dios. Así el Padre es Señor; el Hijo es Señor; el Espíritu Santo es Señor: Y sin embargo no hay tres señores, sino un Señor. Como la verdad Cristiana nos compele a reconocer cada persona en particular como Dios y Señor, así la religión universal nos prohíbe decir que hay tres dioses o señores. El Padre no fue hecho, creado o engendrado; el Hijo tampoco fue hecho o creado, pero sí fue engendrado por el Padre; el Espíritu tampoco fue hecho o creado, pero procede del Padre y del Hijo. Así, hay un Padre, no tres padres; un Hijo, no tres hijos; un Espíritu Santo, no tres espíritus. Y en esta Trinidad, ninguno es antes o después, mayor o menor que el otro; sino que las tres personas son, en sí mismas, coeternas y co-iguales; y por ello debemos adorar la Trinidad en unidad y al único Dios en tres personas.[17]

Así que, esto es lo que nos pide creer el credo


1. Dios = el Padre

2. Dios = el Hijo

3. Dios = el Espíritu Santo

4. El Padre ≠ al Hijo

5. El Padre ≠ al Espíritu Santo

6. El Espíritu Santo ≠ al Hijo


Pero según esto, nos presenta una paradoja en la lógica de la identidad la cual tiene dos axiomas que son


7. Para cualquier x e y, si x = y, entonces x e y comparten todas las propiedades

8. Para cualquier x, x = x


A partir de lo cual podemos probar trivialmente los siguientes dos teoremas:


9. Para cualquier x e y, si x = y, entonces y = x

10. Para cualquier x, y y z, si x = y e y = z, entonces x = z


Lo que implica lo que podríamos llamar la paradoja trinitaria: (por ejemplo) por las proposiciones 1 y 9 se sigue inmediatamente que


11. El Padre = Dios


De las proposiciones 11, 2 y 10 se sigue inmediatamente que


12. El Padre = el Hijo


La conjunción de las proposiciones 12 y 4 es una contradicción directa. Ahora expuesto el problema, hay que buscar una solución ante el problema. Bien, pensemos en el átomo, según el átomo está estructurado en subpartículas por protones, neutrones y electrones, lo que nos permite referir a una y misma cosa de manera diferente, si esto es correcto, entonces lo que ha sucedido es que se ha cambiado la conceptualización cuando nos referimos al átomo.


Entonces, en un principio de discernibilidad de los idénticos (DI), en que el protón no tiene la misma propiedad de un electrón y neutrón como viceversa, es decir, que son cualitativamente distintos, pero son numéricamente un átomo, conforme al principio de un recuento cruzado (RC), en el sentido que su estructura de conjunto lo es, incluso esto es ordinario cuando decimos "son un equipo", "todos somos uno", etc.


Así que, lo mismo ocurre con Dios: que al conceptualizar la realidad de lo que es Dios como El Padre, Hijo y Espíritu Santo, hemos conceptualizado como tres cualitativamente, pero no obstante siendo la misma porción de la realidad de lo que nos referimos con Dios siendo uno. Para dar un ejemplo ordinario para aclarar mejor el punto, considere 3 cosas a, b y c alrededor de una cosa x. Entonces es cierto que a, b y c tomados en conjunto o colectivamente rodean a x. Entonces podemos decir que el Padre no es lo mismo que el Hijo o Espíritu Santo (según DI) y ser el conjunto de un Dios (según RC).[18]


Incluso viendo el patrón del credo Atanasio donde se dice que tanto el Padre, Hijo y Espíritu Santo son increado, incomprensible, eterno, y todopoderoso son un Dios, lo que esta solución nos permite ser consistentes con (I)-(II) y creer en el siguiente conjunto de proposiciones:


13. Dios = el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo

14. El Padre ≠ al Hijo

15. El Padre ≠ al Espíritu Santo

16. El Espíritu Santo ≠ al Hijo


Este conjunto de proposiciones también es consistente con el monoteísmo, es decir, según el dato de (III) que Hay un solo Dios. Por supuesto, el Padre, Hijo y Espíritu Santo son tres, no uno, pero (III) no es una negación de ése hecho.[19]

3.- Interpretaciones descuidadas


En esta ocasión voy a refutar 3 versos que usan mucho los unicitarios para avalar su doctrina, pero que en última instancia son descuidadas.


Hechos 2:38


Pedro les contestó: Arrepentios y bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.


Ahora bien, ¿es legitima como interpreta los unicitarios este verso? Y la respuesta es no, por la siguiente razón: La frase “en el nombre de” en los tiempos bíblicos a menudo conllevaba el significado de “por autoridad de”. El versículo indica simplemente que las personas han de ser bautizadas según la autoridad de Jesucristo. El versículo no quiere decir que las palabras “en el nombre de Jesús” deben ser pronunciadas en forma litúrgica sobre cada persona bautizada.


El bautismo “en el nombre de Jesús” tiene sentido en el contexto de Hechos 2, porque los judíos, a quienes Pedro predicaba, habían rechazado a Cristo como el Mesías. Es lógico que Pedro los exhortara a arrepentirse de su rechazo de Jesús el Mesías y a identificarse públicamente con él mediante el bautismo.


Desde una perspectiva histórica, el bautismo trinitario (Mt28:19) era seguramente la forma dominante a partir del segundo siglo. Más aún, es muy revelador en el que ningún dirigente de la iglesia hacia objeciones acerca del bautismo trinitario en los primeros siglos del cristianismo. Si la salvación dependiera de que uno fuera bautizado en el nombre de Jesús, con toda seguridad se habría producido un gran debate cuando se practicaba comúnmente el bautismo trinitario. Pero la historia eclesiástica revela que no hubo ni un susurro de disensión en el debate teológico sobre este asunto. Evidentemente los creyentes primitivos no consideraban ni “en el nombre de Jesús” ni “en el nombre del Padre, Hijo, y Espíritu Santo” fueran formulas rígidas.[20]


Isaías 9:6


Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, El dominio está sobre su hombro, Su nombre es llamado Admirable, Consejero, DIOS Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.


¿Este verso demuestra que Jesús es Dios Padre?, pues, en realidad tampoco el verso sugiere que lo sea, en el contexto Judío no era común llamar a Dios como “Padre”, lo que sugiere el verso en realidad expresa el efecto de su excepcional perspicacia como gobernante y maravilloso consejero. No gobernará tiránicamente a su pueblo, sino paternalmente, y esto para siempre, y, como tal, buscará el establecimiento de un ambiente de paz y comprensión, de modo que podrá llamarse Príncipe de la paz.[21]


Otra opinión sugiere que la primera parte del versículo 6 se refiere a la encarnación de Jesus. La parte que enumera los nombres que se le dan expresa su relación con su pueblo. Él es para nosotros el Admirable consejero, el Dios fuerte, el Padre Eterno, el Príncipe de Paz.[22] Es muy probable que el pensamiento de Isaías sea que Él va a ser más que un rey, que va a ser un padre para su pueblo, como los rusos llaman a su zar "pequeño padre". Así que tomando en cuenta el contexto que se usa este verso con los títulos que se le da, entonces, esto no sugiere que Cristo sea Dios Padre, sino más bien su gobierno va hacer con la comprensión de paternidad. Incluso si tomamos este verso sugiriendo que Jesús es Dios Padre, esto no explicaría por qué en el NT Jesús en repetidas ocasiones se distingue del Padre, incluso más de 200 veces en el NT Jesús señala al Padre como alguien distinto de sí mismo. Y más de 50 veces en el NT se ve al Padre y al Hijo como distintos dentro del mismo versículo (Véanse, p. ej., Ro 15:6; 2 Co 1:3-4; Gal 1:3; Flp 2:10-11; 1 Jn 2:1; y 2 Jn 3).


Visto desde esta perspectiva, queda claro, como prácticamente todos los comentaristas acreditados sobre Isaías han visto, que el uso de "padre" ( av o ab ) por parte de Isaías no tiene nada que ver con el título formal de "Padre", que se desarrolla en el Nuevo Testamento fuera de la relación única y reveladora de Jesús con Dios. ¡"Padre" ni siquiera era un título estándar de Dios en el Antiguo Testamento! En resumen, este versículo no enseña que Jesús es "el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo"; en otras palabras, no enseña que Jesús es su propio Padre. En esta interpretación, el versículo "describe la naturaleza de su gobierno" y equivale a decir que el Mesías venidero, en contraste con todos los demás reyes actualmente reinantes, no será "un déspota" (Herbert, 75; cf. Leupold, 186). Describe el "papel paternal" del Mesías venidero (Mauchline, 114) y es más o menos equivalente al "buen pastor" (Young, 334; ver Wainwright, 42). El reinado inesperado de este rey, en otras palabras, será un reinado de amor y cuidado paterno. El amor y la regla de este es ser como la "regla" de un pastor sobre su rebaño o un padre amoroso sobre sus hijos (cf. Juan 10: 11–14; 13:33; 1 Pedro 2:25).[23]

Deutoronomio 6:4


Estas son las ordenanzas y los decretos que mandó Adonai a los hijos de Israel en el desierto, después de salir de la tierra de Egipto: Oye, Israel: YHVH nuestro Elohim, YHVH, uno es.


Según este verso ¿la Trinidad esta refutada? Tampoco. Aquí considero que debemos conocer un poco más el contexto del verso y el lenguaje usado aquí. Según en el hebreo al referirse “Uno” se usa frecuentemente אֶחָד (ejad). Aparece en la Biblia 436 veces en 359 versículos. Curiosamente en Génesis 11, 6. Dice el versículo: ...He aquí el pueblo es uno (‘ejad), y todos estos tienen un solo lenguaje..., así vemos con claridad que ‘ejad es puramente intercambiable por nuestro “uno” español, sin hacer ningún hincapié en único e indivisible. Más bien da idea de formar parte de algo o que puede estar compuesto de elementos (como en Génesis 2, 24; el hombre y la mujer [dos], vienen a ser una ‘ejad sola carne).


Otro termino para referirse “Uno” es יָחִיד (yajid) que aquí sí se usaría como “Único”. Aparece once veces en la Biblia. En Génesis 22:2 para resaltar que Isaac es hijo único de Abraham. Y en otras ocasiones dando idea de que la vida que tenemos es única, y alguna vez con sentido de soledad. No forma parte de nada, ni está compuesto de elementos, es único. Esta palabra es más inusual que el otro término analizado, pero su significado está totalmente definido.


Pero el verso citado usa la palabra Ejad para denotar la pluralidad en la unidad. Así que dado lo expuesto, podemos concluir diciendo que si Dios hubiera querido dar una idea más precisa de ser único, sin encerrar pluralidad, hubiera usado el termino yajid; pero uso el común, cerrando la posibilidad de ofrecer la idea de único en la esencia Divina.[24]

4.- Objeción a la Unicidad


En este último apartado, voy a plantear 3 objeciones según la lógica Unicitaria. Según la definición de Bernard es el siguiente:


Él se manifiestan todos los aspectos de la personalidad divina. Jesús es Dios o Jehová manifestado en carne. Jesús es el Padre encarnado. El Espíritu Santo es el Espíritu que se encarnó en Jesús y también es Jesús en forma Espiritual.[25]

Siguiendo esta definición, entonces aquí podemos decir que Jesús es Dios Padre encarnado siendo tanto Hijo y E.S., si esto es correcto, tenemos tanto (I) una contradicción como (II) falta de poder explicativo de ciertos versos explicado en la sección 1. Por un lado si Jesús es tanto Dios Padre, Hijo, y E.S., entonces con esta lógica, tenemos 3 dificultades. Primero, que Jesús en repetidas ocasiones (i) se distingue del Padre, (ii) es consciente que es distinto del Padre y (iii) que tiene una afiliación con el Padre —esto según los datos que hemos analizado de los versos—, pero según la doctrina de la unicidad no podría explicar estos datos dado su inconsistencia de los mismos.


Incluso, C. Stephen Layman, presenta 2 objeciones básicas en relación a la inconsistencia bíblica según la interpretación unicitaria, que son


  1. En los evangelios Jesús es representado en varias ocasiones orando al Padre, iniciando la conversación con el Padre, lo que permitiría una distinción con el Padre y el Hijo, y asumir una interpretación orando así mismo es absurdo, incluso, apelar a la explicación que Jesús tenía 2 conciencias del porqué está orando, no es ni la mejor estrategia y no es satisfactorio a los datos bíblicos.

  2. Por otro lado, en varias ocasiones, Jesús menciona al Padre distinto de él, como: “Todas las cosas me la entrego el Padre” (Mt 11:27), “¿no sabías que debo estar en la casa de mi Padre?” (Lc 2:49) o “Pero de aquel día o aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre" (Marcos 13:32). El unicitario tendría que tomar este último verso como diciendo que un solo yo, Dios, sabe algo en una de Sus personas que Él no conoce en otra. Y esto implicaría que a Dios le falta una forma importante de autoconocimiento.[26]


Así que para representar esta objeción en Modus Tollens, sería lo siguiente:


P1.- Si Cristo es idéntico al Padre, entonces Cristo no se distinguió del Padre.

P2.- Cristo se distinguió del Padre.

C.- Por lo tanto, Cristo no es idéntico al Padre


Por otro lado, admitiendo la doctrina de la unicidad siendo verdadera, adolece de una dificultad insalvable en su cristología, siendo esta el problema de identidad. Ahora bien, si Jesús es tanto Dios Padre e Hijo encarnado vemos el siguiente problema en estas premisas:

P1: Jesús es alguien consciente.

P2: Jesús es Dios.

P3: Jesús es Humano.

P4: Jesús tiene tanto una conciencia Humana y una conciencia Divina.

P5: Jesús tiene 2 conciencias distintas.

P6: Por lo tanto, Jesús son 2 conciencias distintas.


En la premisa (1)-(3) son ciertas, y aquí en la trinidad no presenta una dificultad tomando en cuenta la distinción del Padre e Hijo, pero en la premisa (4)-(6) es donde en la doctrina de la unicidad adolece de este enorme problema, si Cristo es Dios Padre e Hijo, esto sugeriría que Cristo tiene problema de identidad trastornada, porque tomando en cuenta los versos que Jesús ora al Padre (Lucas 6:12; 9:28; Juan 5:19, 30; 8:28; 17: 1– 2), en última instancia, entonces estaría orando a sí mismo, pero si se está orando a sí mismo ¿por qué ora para sí mismo? ¿Y por qué se distingue siendo el que ora para sí mismo? Por lo que se sigue, es que Jesús tendría un trastorno de identidad lo que hace imposible decir cuando es el Hijo y cuando es el Padre y cuando es el Espíritu Santo.


Otro problema a mencionar de esto es, si bien el Padre, Hijo y Espíritu Santo se manifiesta, el unicitario entraría en un laberinto oculto, y es por lo siguiente:


P1: Dios se ha manifestado tanto Padre, Hijo y Espíritu Santo.

P2: Jesús es Dios encarnado.

P3: Jesús es la manifestación del Padre.

P4: Jesús es manifestado como Hijo.

P5: Jesús se manifiesta a los creyentes como Espíritu Santo.


Si las premisas de (P1)-(P5) son correctas, entonces se seguiría la siguiente premisa:


P6: Por lo tanto, Jesús no ha manifestado su verdadera naturaleza.


Debo explicar un poco más este razonamiento. Si bien Cristo es la manifestación plena de Dios, que se revela en roles de ser Padre, Hijo y Espíritu Santo, su consistencia lógica seria que Jesús no ha revelado quien es realmente; por dar un ejemplo, en la película Fragmentado, vemos que el protagonista tiene varias identidades que vienen del mismo, pero en sí ¿cuál es la verdadera identidad del protagonista?, aplicado este ejemplo hacia la unicidad entonces se tiene que considerar que Jesús no ha demostrado quién es realmente y por conclusión tendríamos a un Dios oculto que terminaría alejado de las mismas Escrituras.


Así con puro razonamiento lógico y buena exegesis, la doctrina Unicitaria, adolece más que el alcance parsimonio que quiere dar, lo que conlleva tanto a inconsistencia bíblica y contradicción.

Conclusión


¿Mi conclusión? La Trinidad sigue tan firme como Dios se lo ha revelado a los apóstoles y a su Iglesia. En todo mi escrito he usado versos específicos para su correcta exegesis a favor de la Trinidad, considere ciertos versos específicos que los unicitarios usan para intentar sostener su doctrina, luego proseguí con una explicación que entienden los Trinitarios en relación a su doctrina y por último objete en su sentido más lógico porqué esta doctrina se vuelve tan insostenible. Así que, sigo creyendo que el Credo Atanasio está más cerca de las Escrituras que la doctrina unicitaria. Así que considero lo que dice el Dr. Layman en relación al unicitarismo (o modalismo):


Entonces, me inclino a pensar que el modalismo puede reconciliarse con el Nuevo Testamento solo mediante una distorsión irrazonable de los textos.[27]


 

Referencias:

[1] Una Invitación Cristiana a la Teología Analítica de Thomas McCall, pp. 55 [2] Comentario del Contexto Cultural de la Biblia de J. H. Walton & C. S. Keener [3] comentario Beacon [4] Biblia Comentada de Salamanca (BSC) [5] Comentario Mundo Hispano [6] Comentario W. Robertson Nicoll [7] Great texts of the Bible [8] Ibid. BSC [9] Ibid. W. R. Nicoll [10] Comentario Cornelios à Lapide [11] Ibid. Lapide [12] Oneness Pentecostals & The Trinity, Cap 5 [13] Ibid. Mundo Hispano [14] Ibid.

[15] Ibid. Beacon [16] Ibid. Lapide

[17] https://www.rca.org/about/theology/creeds-and-confessions/the-athanasian-creed/el-credo-de-atanasio/ [18] Donald Baxter, Many-One Identity, philosophical papers 17 (3): 193-216 [19] Einar D. Bohn, The Logic of the Trinity, Sophia 50:363-374

[20] Respuestas a las Sectas de Norman Geisler y Ron Rhodes [21] Ibid. BSC [22] Ibid. Norman Geisler y Ron Rhodes [23] Ibid. Boyd

[24] Pluralidad en la Unidad de Dios en el AT de F.J. M. Postigo

[25] David K. Bernard. Unicidad y Trinidad 100-300 d.C. Págs. 9-13 [26] C. Stephen Layman, Tritheism and The Trinity, Faith and Philosophy, Vol. 5: Iss. 3, Art 6.

[27] Ibid. Layman



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